Canicultura
Nuestro perro: Carácter y sociabilización
Texto y fotos: Manuel Velasco - www.valledelzar.com
Viernes 11 de marzo del 2016, 07:25h
Carácter y sociabilización son dos términos distintos pero que están relacionados y que no deben obviarse. Es de suma importancia este aspecto ya que el mismo marcará el futuro de nuestra mascota el bienestar de ella y el nuestro.
El carácter se adquiere de dos formas distintas. En primer lugar, puede venir condicionado, en parte por la raza, naturaleza, características, genética y otros factores que pueden influir en la misma. En segundo lugar, se adquiere durante su crecimiento, relaciones con su entorno, interactuación con ejemplares de su especie y con otras especies o por las condiciones de su hábitat.
LA SOCIABILIZACIÓN
Como criador especializado de Bichón Maltes y bajo mi experiencia considero que un perro está correctamente sociabilizado cuando se comporta de la misma manera, tanto con el criador y resto de la familia, como con cualquier persona o perro que visite nuestra casa. Lo hará mostrándose activo, juguetón, sin miedos, sin ladridos, sin comportamientos extraños y con absoluta confianza.
Este proceso es el que evitará conductas inapropiadas en nuestro perro, tales como agresividad, miedo, inquietud, etc. Esta parte es muy importante, por lo que debemos hacer especial hincapié en ella, no en vano será quien marcará el futuro carácter de nuestro compañero.
Una buena sociabilización consta de varias partes, dando comienzo la primera desde el momento en que nacen. Aquí cobra especial importancia la labor del criador, motivo por el que para elegir un buen ejemplar, primero debemos decidirnos por un criador especializado, con dedicación y que tenga entre sus prioridades una correcta sociabilización de sus ejemplares, además de la salud y calidad. Dicha sociabilización no sólo nos dará una gran referencia sobre su buen nombre como criador, sino que hará mucho más feliz nuestra adquisición y facilitará la integración de nuestro cachorro a su nuevo hogar, evitándonos situaciones incomodas o peligrosas.
PRIMEROS PASOS
Al nacer el cachorro es muy importante que mantengamos un contacto físico con ellos, constante, ya que aunque aún no tienen visión, ellos sienten tanto la presencia de su mamá como la nuestra. Sentirán nuestras manos al desplazarlos para colocarlos, limpiarlos o acomodarlos, teniendo así la primera toma de contacto con nosotros y estableciendo vínculos afectivos. Mantener un contacto constante en las dos primeras semanas es necesario y les hará sentirse cómodos con seres distintos a su especie.
Transcurridas aproximadamente dos semanas desde su nacimiento, será el momento de abrir los ojitos. En los dos o tres primeros días su visión no es del todo nítida y tan sólo nos verán como una forma borrosa, pero nuestro olor corporal, calor y tono de voz ya les son familiares y nuestra presencia les agrada.
Desde este momento, nuestra dedicación, atención y cuidados deben ser constantes, no porque necesiten los mismos, sino porque esto nos ayudará a que ellos nos perciban como uno más, observando nuestras atenciones y mimos y nos vean interactuar con la mamá, estableciendo un vínculo con nosotros. Deben sentirse queridos, mimados, cuidados y debemos jugar a menudo con ellos.
Esta sociabilización debe mantenerse durante todo el tiempo que el cachorro esté con el criador y hasta el momento de abandonarnos y emprender su nueva andadura en otro hogar. Con ello habremos contribuido a entregar un cachorro feliz, sin traumas, sin malos tratos, sin miedos y totalmente equilibrado.
Un buen criador debe informar detalladamente al nuevo propietario sobre el carácter del cachorro, sus necesidades, juegos o juguetes preferidos y de sus costumbres iniciales. Explicar bien cómo es un cachorro ayudará mucho a su integración y facilitará la labor al propietario, en muchas ocasiones inexpertos y llenos de dudas.
En el siguiente paso es donde entra en juego el nuevo propietario. Una vez en casa debemos seguir bien las indicaciones que el criador de nuestra mascota nos haya facilitado. Debemos continuar con su sociabilización, haciendo que el cachorro interactúe con los demás perros en la calle, así como con resto de personas. No debemos apartarlo de los demás ni forzar ninguna situación especial, por el contrario, debemos educar y enseñarle a comportarse y hacerle comprender que no tiene nada que temer.
Pongamos un ejemplo: a menudo las personas caminamos por la calle y nos encontramos con amigos y conocidos que, a su vez, pueden presentarnos a otras personas. ¿Qué ocurre cuando nos presenta a alguien que no conocemos? Generalmente somos amables, pero en el fondo nos mostramos reservados ante este inesperado encuentro. Es decir, no nos mostramos tal cuales somos hasta no haber adquirido un nivel de confianza. Pues bien, a nuestro perro también le ocurrirá lo mismo, debemos dejar que se sienta cómodo, que vea que nos acercamos y que no tiene nada que temer de esta persona y sienta nuestra confianza, que será también suya.
Igualmente puede ocurrir con otros ejemplares de su especie y, por este motivo, debemos ayudarle a relacionarse y llevarlo a caminar con nosotros habitualmente. Conseguiremos tener un perro equilibrado, sociable y que pueda acompañarnos en cualquier momento, sin miedo a reacciones no deseadas y situaciones incómodas.
Nuestro perro debe ser uno más en casa y también en nuestra vida social y para ello debemos trabajar este aspecto y continuar la labor del criador en sus primeros meses.
Fuente: http://www.elmundodelperro.net/noticia/2719/canicultura/nuestro-perro:-caracter-y-sociabilizacion.html
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