EL PERRO-OBJETO.
Voy a hablarte del perro-objeto. No es un perro cualquiera, aunque habrás visto varios.
El perro-objeto comienza su vida como todos, saliendo al mundo desde la cálida panza de su mamá. De cachorrito es elegido y llevado a una casa. Los motivos que llevan a alguien a llevarse ese cachorro y convertirlo en perro-objeto son diversos: "quiero un regalito para mi hija o hijo" "quiero un perro para cuidar el fondo", "que perro tan bonito, parece un osito", "ay, como el de mi vecina, pero el mio va a ser más lindo" "ay, mirá, los que están de moda". Y asi comienza su vida el perro-objeto. SI es de los perro-objeto guardianes lo pasa peor que los perro-objeto de decoración. El perro-objeto guardián entiende pronto qué es lo que su familia busca de él. Reclusión en un fondo, atado con una cuerda, poco cariño y tosco, un hueso cada tanto, y pasearse entre sus excrementos. QUisiera salir a pasear a algún lado con su dueño o los niños, pero nunca pasa eso. Siempre el fondo, siempre la soga. Asi que pasa sus horas destrozando cosas, aunque sabe que eso es peligroso. Más de una vez le han pegado por romper cosas. O eso sospecha, porque siempre han venido cuando el estaba tranquilamente echado sin hacer nada, con lo que rompió en la mano. Le han gritado, cosas que él no entiende. Escucha otros perros durante el día ladrando, jugando con niños y se pregunta ¿Por qué una vida tan diferente? ¿Será su error?
El perro-objeto adorno tiene otro comienzo de vida pero después es igual. Mientras es cachorro es el centro de atención. Sus dueños lo sacan a pasear por todos lados, y en todos lados recibe mimos y palabras hermosas. Un día esos paseos van reduciéndose a medida que se hace grande. Ya no sale casi nunca. Vive en casa soñando son esos días en los que era apreciado. Recuerda esos mimos. Sus dueños rara vez lo miman. A veces tiene tanta energia que rompe algo, por descargar energía. Pero siempre recibe golpes, gritos y cosas que él no entiende. ¿Cómo pudo cambiar tanto su vida? ¿Qué habrá hecho?
Son historias tristes. Pero tan reales que duele. Vas a ver muchos perros-objeto perdidos, con dueños que ya no los buscan, o con dueños que los venden como si fuesen una mercancía más. Venden un perro con sentimientos, con un amor y fidelidad por quien lo saca a subasta que nunca comprenderá. Los verás en los típicos "no lo puedo tener más", "me mudo y lo tengo que dar" y una triste lista de etcéteras.
El perro-objeto no tiene chapita con un teléfono para volver a casa porque no lo merece. Es un objeto más y los objetos si se pierden se reemplazan por otro. Pasea solo porque si no vuelve no importa. El perro-objeto es como el florero pero con patas y cola y a veces hay que vacunarlo y bañarlo.
Ojalá San Juan tuviera cada vez menos perros -objeto, ojalá los vieramos más como parte de nuestra familia, como seres con sentimientos y amor incondicional por su manada humana. Y me pregunto, ¿veré llegar este día, aun cuando sea un anciano? Moriría feliz, feliz de que se haya hecho justicia con este noble animal.
Si tenés un perro-objeto, podés cambiar hoy. EL no te reprochará el tiempo que pasó como perro-objeto. Cuidalo, protegelo, dale atención y cariño. Pasealo un rato con la correa, mostrale el mundo, jugá un ratito con él, aunque sea con una pelota o una cuerda, para él será un momento precioso. Dale un lugar en tu familia, integralo. No castigues sus errores, premia su buen comportamiento. Enseñale. Informate cómo. Pregunta a tu veterinario. Lee una guia de enseñanza canina. Son gratis en internet. En este grupo colgamos una. Y contame en unos meses si no es mas bella la vida y no te sentis genial porque ves a tu perro feliz.
Cambiemos el mundo de ese perro.
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