El proceso de socialización de tu perro
La buena o mala convivencia de un perro con sus congéneres, depende en mayor o menor medida del cumplimiento de los siguientes puntos:
· El perro debe permanecer con su madre y con sus hermanos unos dos meses… si esto no se cumple estaremos privando al cachorro de una fundamental socialización para el juego y la relación diaria con otros congéneres.
Un cachorro juega con sus hermanos, muerde, le muerden… aprende a relacionarse… pierde el miedo y es capaz de valorar las “repercusiones” de sus actos.
· Una vez que el cachorro llega a su nuevo hogar debe salir cuanto antes (con la vacunación completa) a la calle… la hiperprotección que ejercen muchos propietarios sobre sus perros impide la socialización con otros animales: no existe relación con los congéneres y cuando se produce aparecen miedos, ladridos, agresiones…
· El animal debe jugar con otros perros, machos y hembras; desde su más tierna infancia debe conocer a perros de todos los tamaños y caracteres… el propietario debe facilitar los contactos y supervisarlos: es lógico que existan gruñidos, intentos de pelea… son animales de manada y quieren marcar jerarquías… pero ¿ y si por intentar evitar los conflictos entre los animales provocamos problemas de comportamiento?
perros_mejores_amigos_1· Para evitar problemas no dejaremos al peludo suelto ante animales nuevos hasta que se conozcan y observemos sus reacciones; si todos los propietarios cumplieran esta sencilla norma evitarían muchos sustos y “discusiones de parque”. La correa y el collar son muy útiles, aparte de aparecer reflejados en todas las legislaciones de nuestra querida España.
Si cumplimos estas sencillas normas tendremos a un perro socializado y que disfrutará de sus “perrunas” relaciones con un gran grupo de amigos.

Fuente: mascoteros.es